La probabilidad de hacer el mal se encuentra cien veces al día y la de hacer el bien, una vez al año.
Aun en el hacer bien, lo primero es la satisfacción personal; el bien de la otra persona permanece siempre en segundo lugar.
Muchos son buenos, si se da crédito a los testigos; pocos, si se toma declaración a sus conciencias.
Me suelo preguntar, de dudas lleno: / ¿son mejores los buenos o los justos? / Y la elección va en gustos; / yo doy todos los justos por un bueno.
La mayoría de los hombres son buenos sólo mientras tienen por buenos a los demás. No quieren dar, sino únicamente saldar una deuda.