He empleado gran parte de mi vida en defenderme contra la exageración, enemiga artera de la felicidad.
En un carácter que tiende esencialmente a la exageración, puede residir la causa de que nunca la vida le depare un éxito duradero.
Con frecuencia el exceso empequeñece el tema.
Son tan necios los hombres que, por el hecho de poner algo nuevo a una cosa vieja, creen haber concebido una cosa nueva.
A una verdad, le añaden muchos ceros.
La exageración es la mentira del hombre de bien.
La exageración es lo contrario de la sabiduría.