No hay que tener en cuenta el pasado de los hombres. Jamás un hombre es demasiado viejo para recomenzar su vida y no hemos de buscar que lo que fue le impida ser lo que es o lo que será.
Lleva cada uno, varios hombres posibles, una multiplicidad de destinos, y según realizamos algo, perdemos posibilidades.Y luego, suspiramos exclamando: ¡Oh, si entonces hubiera hecho otra cosa!
Nada se quiere sin haber antes conocido; hay que corregir diciendo: nada se conoce sin antes haberlo querido.