Todo hombre es sociable, pero acaba siempre por regañar con sus socios.
Al que no tiene éxito, todo éxito le parece injusto.
Los hombres son como las bombas: cuando menos lo esperas te explotan.
En toda admiración hay un resentimiento callado.
La amistad, como el diluvio universal, es un fenómeno del que todo el mundo habla, pero que nadie ha visto con sus ojos.
En amor, lo de menos son los insultos; lo grave es cuando empiezan los bostezos.
El amor es como la salsa mayonesa, cuando se corta, hay que tirarlo y comenzar otro nuevo.