Con una visión amplia, grandes principios, elevadas aspiraciones y profunda fe, no nos será difícil encontrar mapas y brújulas para nuestro viaje.
El afán de riquezas oscurece el sentido de lo justo y lo injusto.
De altos espíritus es aspirar a las cosas altas.
Todo se termina mediante una transacción entre el optimismo de nuestros sueños y la esperanza de la realidad.
El hombre siempre aspira a lo que no es.
Los cielos son tan grandes como grande es nuestra aspiración.
Es un mal soldado el que no aspira a ser general.