No puede existir un valor digno de alabanza, si no va acompañado por la prudencia. Realmente, lo que carece de buen sentido, no puede ser más que maldad e injusticia.
La inteligencia y el buen sentido se abren paso con poco arte.
Hay un sexto sentido, que es el sentido artístico.
El privilegio de la mujer que amamos más de lo que ella nos ama, es hacernos olvidar a cada momento las reglas del buen sentido.
Habiéndole preguntado a uno sobre lo que más raro le parecía en el mundo, respondió: «Lo que pertenece a todos, es decir, el sentido común».
Todo cuanto carece de sentido personal es enemigo de la vida.
¡Cuánta estupidez, cuánta bellaquería y cuánta tristeza se esconde a veces bajo la máscara del buen sentido!