El deporte delega en el cuerpo algunas de las virtudes más fuertes del alma: La alegría, la audacia, la paciencia.
El hombre que no sabe correr, saltar y nadar es como un automóvil en el que solamente se ha empleado la primera velocidad.
Cuando un hombre quiere matar a un tigre, se le llama deporte; cuando un tigre quiere matar a un hombre se le llama ferocidad.