Sucumbimos menos por los efectos de una pérdida cierta que por los de una esperanza fallida.
El árbol se desnuda hoja por hoja; si los hombres pensaran todas las mañanas lo que han perdido el día anterior, conocerían a fondo su pobreza.
Un hijo puede llevar con resignación la pérdida de su padre, pero la pérdida de su patrimonio puede reducirle a la desesperación.
A los que tiene paciencia, las pérdidas se les convierten en ganancias, los trabajos en merecimientos y las batallas en coronas.