La obstinación es más hija de la voluntad que de la ignorancia.
La obstinación es la voluntad que se afirma sin poder justificarse; es la persistencia sin motivo plausible, es la tenacidad del amor propio que se constituye en tenacidad de la razón o de la conciencia.
Damos el nombre de fatalidad a nuestra obstinación. Las fuerzas suelen ser la persistencia del carácter en sus inclinaciones incorregibles.
Las mujeres son como los príncipes: con frecuencia ceden a la obstinación lo que con amor no hubieran obtenido.