El orgullo es la fuente de todas las enfermedades, porque es la fuente de todos los vicios. Es temible aun en el bien que hacemos, y el deseo de la aprobación y de la gloria destruye lo que pudiéramos hacer de más glorioso o digno de aprobación.
Si el hombre orgulloso supiese lo ridículo que aparece ante quien le conoce, por orgulloso sería humilde.