Las verdaderas alabanzas no son las que se nos ofrecen, sino las que arrancamos.
No os toméis la vida demasiado en serio; de todas maneras no saldréis vivos de ella.
La belleza del cuerpo inspira amor. La del alma exige estimación.
Lo bueno necesita aportar pruebas, lo bello no.
Un gran obstáculo a la dicha es esperar una dicha demasiado grande.
Esperar una felicidad demasiado grande es un obstáculo para la felicidad.
La felicidad es la situación espiritual que se desea interminable y sin variación.
Tres cosas existen que siempre he amado y que jamás he compre ndido: la música, la pintura y las mujeres.
El orgullo es el complemento de la ignorancia.
El que no lo pierde tiene mucho tiempo.
Si se privase a los hombres de sus quimeras, ¿qué placer les daría?
Si tuviese mi mano cerrada llena de verdades, me guardaría muy bien de abrirla.