En pálidos fulgores fallece el día, y su enlutado velo la noche tiende por el ancho cielo.
No se puede llegar al alba sino por el sendero de la noche.
Menos mal que siempre viene luego la noche para poner las cosas en su sitio.
La noche es la mitad de la vida, y la mejor vida.
La noche hace desaparecer muchos defectos y olvidar no pocas imperfecciones. Hace a toda mujer hermosa.
La noche ha prendido sus claros diamantes en el terciopelo del cielo estival.
Las sombras acentuadísimas que proyectan los árboles en el suelo de algunas noches clarísimas son los corales de la noche.