Ningún enemigo mayor al hombre. No acomete el águila al águila ni un áspid a otro áspid, y el hombre siempre maquina contra su misma especie.
El que ha dicho no ser sino el muy obediente y humilde servidor de la ocasión, ha pintado la naturaleza del hombre.
Cuando desaparecen los frenos y las cadenas de la ley y el orden dando paso a la amargura, el hombre se revela tal cual es.
El hombre sólo es una fuerza latente que espera una posibilidad, como el pedernal el choque del hierro, para lanzar chispas de luz.
Difícilmente los tontos son del todo buenos.Y lo peor es que los inteligentes difícilmente lo quieren ser.
El valor de un hombre no se determina por lo que posee, ni aun por lo que hace, sino que está directamente expresado por lo que es en sí mismo.