Recordad que la naturaleza nos ha dado dos oídos y una sola boca, para enseñarnos el valor de oír sobre el hablar.
La discreción es una alta y precisa virtud en los hombres y en los gobernantes.
La mejor parte del valor es la distracción, y gracias a esta mejor parte he salvado la vida.
Procura ser tan discreta que no apures los pensamientos ajenos, ni siquiera saber más que nadie, aquello que quisiera decirte.
La mayor discreción es acomodarse al tiempo.
Lo único que no sabemos es ignorar lo que no debemos saber.
El medio más seguro de ocultar a las demás los límites del propio saber es el no rebasarlos.
Mas no le he de decir, que es un secreto, que siempre me he preciado de discreto.
Es una desdicha no tener bastante ingenio para hablar bien ni bastante juicio para callarse.
El talento no ha de servir para saberlo y decirlo todo, sino para saber lo que se ha de decir de lo que se sabe.