La vida es magnífica en tanto nos consume.
La educación nos inculca desde el nacimiento un repertorio de emociones ya hechas; no sólo lo que nos es permitido sentir, sino la manera como se han de sentir las pocas emociones que son permitidas.
Sería gran cosa tener dos vidas; una para cometer errores y otra para sacar provecho de ellos.
La misma idea representa una diferente clase de sentimiento en cada individuo; eso nos es preciso conocer y si algo vamos a hacer, es por la educación.
La más alta función de la mente es la de mensajera.
Aquel que no recuerde el pasado, está condenado a repetirlo.
Todo lo que debemos poseer es cordura y ésta no es una teoría, sino un estado del alma responsable.