Todo lo que debemos poseer es cordura y ésta no es una teoría, sino un estado del alma responsable.
Uno no es solamente responsable de lo que dice sino también de lo que no dice.
Nadie puede sentirse a la vez responsable y desesperado.
En lo mismo que más peca el hombre será más gravemente castigado.
A quien mucho se le hubiere dado, mucho se le reclamará.
Si cada cual se ocupara de lo suyo, el mundo daría vueltas más aprisa.