El corazón y no la razón es quien siente a Dios: eso es fe; Dios es sensible al corazón y no a la razón.
La fe en valores absolutos, por ilusoria que sea, me parece una necesidad vital.
Quien pierde la fe no puede perder más.
La fe es la virtud por la cual el hombre cree que es verdadero aquello que no siente ni entiende.
¡Cuántas cosas que ayer fueron artículos de fe, son fábulas hoy día!
Si la razón es un don del cielo, y otro tanto puede decirse de la fe, el cielo nos ha hecho dos presentes incompatibles y contradictorios.
La fe mira el futuro, ve cosas que no podemos ver con los ojos.