La revolución es la larva de la civilización.
Hacer reír es hacer olvidar, y es un bienhechor el que en el mundo puede distribuir el olvido.
No es la soledad lo que espanta, sino las voces que la pueblan.
El trabajo endulza en todo momento la existencia; pero no a todos les gusta lo dulce.
El trabajo es la Ley y el que lo rechaza fastidiado, lo tiene por suplicio.
El traidor no eshacer su voluntad, sino resignándose a desempeñar un papel secundario.
Es una cosa bien extraña la felicidad con que los infames creen merecer el triunfo.
Nada tan estúpido como vencer; la verdadera gloria está en convencer.
El vulgo es un viejo narciso que se adorna a sí mismo, y que aplaude todo lo vulgar.