El medio más seguro de hacernos agradable la vida es hacérsela feliz a los demás.
No es filósofo quien teniendo una filosofía en la cabeza no la tiene además en el corazón.
La fuerza es confianza por naturaleza. No existe un signo más patente de debilidad que desconfiar instintivamente de todo y de todos.
Más instructivos son los errores de las grandes inteligencias que las verdades de los ingenios mediocres.
La humildad es más fácil al que ha llevado a cabo alguna cosa, que al que nunca ha hecho nada.
El ideal, como el árbol, ha de tener sus raíces en la tierra.
A quien solicita vuestra ayuda para levantarse, no rehuséis tenderle vuestra mano.
La perseverancia es la virtud por la cual todas las otras virtudes dan fruto.
La religión debería servir más para dar ánimos a los buenos que para atemorizar a los malos.
¡Cuánta estupidez, cuánta bellaquería y cuánta tristeza se esconde a veces bajo la máscara del buen sentido!
Para estar tranquilos es preciso desear poco y esperar menos.
La vida es un negocio en el que no se obtiene una ganancia que no vaya acompañada de una pérdida.