Cuando debo asignar una tarea pesada se la doy a un perezoso; seguro que hallará una manera fácil de llevarla a cabo.
El orgullo y la pereza son las dos fuentes de todos los vicios.
Es imposible gozar perfectamente el placer de no hacer nada, si no se tiene un gran cúmulo de cosas por hacer.
En la mayoría de los hombres, las dificultades son hijas de la pereza.
Todo el mundo se agita con el fin de conseguir más tarde el reposo, pero hay hombres tan perezosos que ya se instalan en el reposo desde el principio.
La pereza hace que todo sea difícil; el trabajo lo vuelve todo fácil.
La pereza es la madre de la psicología. ¿Será la psicología... un vicio?