Con frecuencia una batalla perdida significa la conquista del progreso. Menos gloria, más libertad; calla el tambor y vuelve la razón a tomas la palabra.
No midas las dificultades de la victoria por la grandeza de los ejércitos; frecuentemente un enemigo despreciado ha librado tremendas batallas.
Únicamente una batalla perdida puede ser más triste que una batalla vencida.
Tiene sin duda mucho mérito vencer al enemigo en el campo de batalla; pero se necesita más sabiduría y más destreza para hacer uso de la victoria.
Con frecuencia una batalla decide el destino de un hombre y una pequeñez decide una batalla.
Suele afirmarse muy a menudo que cada batalla es un malentendido.
Cuando se disipa el humo de las batallas, se deploran en secreto los errores que el entusiasmo hizo cometer.