Así como la constancia no deja que el hombre se pervierta, la terquedad no deja que se corrija.
Empujen fuerte, caballeros, pero ya veremos quién empuja más tiempo.
No conozco insignia tan propia de una mente soberana, como la tenacidad de propósito que invariablemente sigue su camino hasta llegar al fin.
La tenacidad es confundida frecuentemente con la obstinación.
Quien pretende llegar a un sitio determinado, emprenda un solo camino y déjese de tantear muchos al mismo tiempo, pues ello no es caminar sino andar de vagabundo.
Con consistencia y tenacidad se obtiene lo que se desea; la imposible no tiene significado.
La tenacidad vence a la razón, a la elocuencia y a la ciencia. Mediante el aburrimiento reduce al silencio a su enemigo.