A veces el saber dar es más fácil que el saber recibir.
Un instante de gozo del corazón, vale más que dos horas de placer de los sentidos.
Las personas de vivo ingenio son admiradas o temidas, pero no logran fortuna; las personas juiciosas no llaman la atención, pero la alcanzan.
La tenacidad es confundida frecuentemente con la obstinación.