Es absurdo tener una regla rigurosa sobre lo que debe o no leerse. Más de la mitad de la cultura moderna depende de lo que no debía leerse.
Al emprender una lectura debemos proponernos no hacerlo más que una vez, esto es, con una atención tal que una sola lectura baste para recordarla, lo mismo que si el libro hubiera de ser destruido después.
Gran gusto el de leer, empleo de personas que, si no las halla, las hace.
Nada hay tan saludable para las fatigas del cuerpo y, sobre todo, una novela excelente.
...se le pasaban las noches leyendo de claro en claro, y los días de turbio en turbio.
Leer es como pensar con el cerebro ajeno en lugar de hacerlo con el propio.
¡Maravilloso poder el del libro cuya lectura es un acontecimiento en la vida de un corazón!