El celoso ama más, pero el que no lo es, ama mejor.
No basta que una esposa sea fiel; es menester que su marido, sus amigos y sus vecinos crean en su fidelidad.
Los celos que parecen no tener por objeto más que a la persona querida, demuestran, más que ninguna otra pasión, que solamente nos amamos a nosotros mismos.