Nada graba tan fijamente alguna cosa a nuestra memoria como el deseo de olvidarla.
¿Estuve enfermo? ¿He sanado? ¿Y quién mi médico ha sido? ¡Ah!, Si todo lo he olvidado, mi médico fue el olvido.
Pronto lo olvidarás todo, pronto serás olvidado.
El olvido de la felicidad es lo único que representa en el mundo la felicidad verdadera.
Se ama sin razón y se olvida sin motivo.
Olvido es señal de menosprecio, y por tanto causa enojo.
Procuremos olvidar lo que traído a la memoria nos entristece.