Marco Tulio Cicerón frases

La templanza y el trabajo constituyen las dos verdaderas medicinas del hombre: el trabajo aguza el apetito y la templanza impide abusar de él.

Se ha llegado a la materia cuando no se yerra ni se vacila en la ejecución.

En el espíritu como en el cuerpo, ha menester un buen régimen, y en este régimen hay una condición indispensable: la templanza.

La templaza es el más fino y delicado de los placeres.