Aunque mentir es una práctica universal, no recuerdo haber oído tres buenas mentiras en toda mi vida ni aun en aquellos que eran más celebrados por esta facultad.
No hay mayor mentira que la verdad mal entendida.
Y es que en el mundo traidor / no hay verdad ni mentira: / todo es según el color / del cristal con que se mira.
Sin mentiras, la humanidad moriría de desesperación y aburrimiento.
Y, después de todo, ¿qué es una mentira? Nada más que la verdad con máscara.
En la enorme mayoría de los casos se miente por amabilidad. Se desea producir en el oyente una impresión estética, agradable, entonces se miente, incluso sacrificándose.
La mente es lo absoluto del mal. Mentir poco no es posible; el que miente, miente en toda la extensión de la mentira; la mentira es precisamente la forma del demonio. Satanás tiene dos nombres: se llama Satanás y se llama Mentira.