Sin mentiras, la humanidad moriría de desesperación y aburrimiento.
Y es que en el mundo traidor / no hay verdad ni mentira: / todo es según el color / del cristal con que se mira.
En la enorme mayoría de los casos se miente por amabilidad. Se desea producir en el oyente una impresión estética, agradable, entonces se miente, incluso sacrificándose.