La ausencia es el peor de los males.
¡Ay, triste mal de ausencia y quién podrá decir lo que me cuesta!
La ausencia es tanto un remedio contra el odio como una protección contra el amor.
La ausencia acaba con las pasiones mediocres y aumenta las grandes, así como el viento apaga las bujías y aviva el fuego.
Porque nadie convalece de amor mejor ni más presto que un enamorado ausente.
Que es de cuantos tormentos he sufrido, la ausencia el más atroz.
A veces la distancia hace más querida la amistad, y la ausencia la hace más dulce.