En general, quienes no tienen nada que decir invierten el mayor tiempo posible en no decir nada.
Morirá sin cumplir su labor quien espere que se la señalen.
La soledad es necesaria para la imaginación; como la compañía es saludable para el carácter.
Es por la presencia de ánimo en las emergencias que el carácter se prueba.
Antes de que el hombre nos hiciese ciudadanos, la inmensa naturaleza nos hizo hombres.
La soledad es necesaria para la imaginación como la compañía es necesaria para el carácter.
Las desgracias más temidas, de ordinario, son aquellas que no llegan jamás.