Los perezosos suelen ser grandes proyectistas; así faltos de realidad, se engañan con ilusiones; y además, al trabajar sólo en proyectos se avienen muy bien con la inacción, suma felicidad del perezoso.
Cuando debo asignar una tarea pesada se la doy a un perezoso; seguro que hallará una manera fácil de llevarla a cabo.
Es imposible gozar perfectamente el placer de no hacer nada, si no se tiene un gran cúmulo de cosas por hacer.