Muchos triunfarían en cosas modestas si no estuvieran obsesionados por grandes ambiciones.
Se tarda menos en hacer una cosa bien que en explicar por qué se hizo mal.
En carácter, en comportamiento, en estilo, en todas las cosas, la suprema excelencia es la sencillez.
En este mundo un hombre debe ser o yunque o martillo.
No habléis nunca de un afecto malgastado. Un afecto jamás fue baldío.
Muchos triunfarían en cosas modestas, si no estuvieran obsesionados por grandes ambiciones.
Un crítico novato es como un niño con escopeta: a menudo dispara sobre todo ser viviente que ve, pensando en su puntería y no en el dolor que causa.