Hay más simplicidad en el hombre que come caviar por impulso, que en el que come nueces por principio.
En carácter, en comportamiento, en estilo, en todas las cosas, la suprema excelencia es la sencillez.
Es curioso observar que casi todos los hombres que valen mucho son de maneras sencillas; y las maneras sencillas son tomadas siempre por indicio de poco valor.
¡Pero qué afán de no creer nunca lo más sencillo, lo natural, lo verosímil!
Nada es más difícil que vivir con sencillez.
En todos los ritos, la sencillez es la mayor extravagancia.
No hay simplicidad verdadera. Sólo hay simplificadores.