Y el hombre, injusto siempre, ha dicho después que Dios va borrando la bondad de su creación.
La facultad de crear nunca se nos otorga por sí misma. Llega a la par con el don de observación.para hallar en torno de él, en la cosa más corriente y humilde, elementos que vale la pena advertir.
Mientras sea creador —por bajo que sea el nivel de su creación—, un hombre puede considerarse verdaderamente libre.