Son pocos los que logran ser independientes. Ello es un privilegio de los fuertes. Quien intenta serlo, teniendo el mayor derecho a ello, pero sin considerarlo un deber, demuestra no sólo que es fuerte, sino temerario hasta el desenfreno.
Nuestro enemigo es nuestro dueño.
La economía es el origen de la independencia y la compañera de la probidad.
Ser pobre e independiente es una cosa casi imposible.
La perfección económica está en la independencia absoluta de los trabajadores, lo mismo que la perfección política está en la independencia absoluta del ciudadano.
La independencia económica es la primera condición para ser feliz; en consecuencia, la primera recomendación para lograrla es el trabajo.