Lo que soñaste en tu juventud se convierte en realidad mediante las virtudes viriles; los primeros sueños no engañan. Pero debes saber que los sueños son hechos, y que sin trabajo nada lograrás. La virtud tiene una cara muy seria.
Suave sueño, tú, que en tardo vuelo / las alas perezosas blandamente / bates, de adormideras coronado / por el puro adormido y vago cielo...
¡Y pensar que con el sueño damos fin al pesar del corazón y los mil naturales conflictos que constru yen la herencia de la carne!
¡De todo queremos ser responsables! ¡Sólo de nuestros sueños no! ¡Qué miserable debilidad y qué falta de lógica! ¡Nada es más nuestro que nuestros sueños!