Escribe si puedes, cosas que sean tan imposibles como un sueño, tan absurdas como la luna de miel de un saltamontes y tan verdaderas como el sencillo corazón de un niño.
Todo aquello que un novelista vive o siente, servirá de combustible para la hoguera insaciable que es su mundo de ficción.
El escritor que comienza una novela no sabe de manera precisa qué es lo que quiere escribir. Si lo supiera, palabra por palabra, su novela ya estaría escrita. Lo que es arrojarse al agua. Cada capítulo le dicta el siguiente. La ejecución precede a la voluntad.
Es una persona que los escritores no se puedan examinar el intestino para conocer lo que han comido.
Escribo para rectificar, para apoyarme en mí mismo, en mi pasado, que ha quedado escrito. Y luego repaso, rectifico, supero, y así voy viviendo, voy amando, voy siendo.