Los aduladores son como los ladrones: su primer cuidado consiste en apagar la luz.
Dadme dos líneas escritas del puño y letra del hombre más honrado y encontraré la manera de hacerlo prender.
El artificio es loable para engañar a un rival; debemos emplear todos los medios contra nuestros enemigos.
Dadme seis líneas manuscritas por el hombre más honrado, y hallaré en ellas motivos para hacerle ahorcar.