Para una mujer, toda reforma, toda salvación de cualquier clase de ruina y toda renovación moral están en el amor.
El amor es un sentimiento independiente que la prudencia puede llevarnos a evitar, pero que no podría vencer.
Los hombres siempre se empeñan en ser el primer amor de una mujer. Tal es su tosca vanidad. Las mujeres tienen un instinto más sutil de las cosas. Prefieren ser la última novela de un hombre.
La volubilidad de la mujer que yo amo sólo puede compararse a la infernal constancia de las mujeres que me aman.