Cuando, en un gobierno, al hablarse de la cosa pública, cada uno dice: «¿Qué me importa?» la cosa pública está perdida.
Que todo el que se queje con justicia tenga un tribunal que lo escuche, lo ampare y lo defienda contra el fuerte y el arbitrario.
El objeto de un gobierno es proporcionar a los gobernados la mayor suma de bienes y ésta no puede obtenerse sin educación.