No deshonres el nombre sagrado de la amistad dándola a quien tiene pocas virtudes o no conoce ninguna.
El hombre puede apartarse del deber; todo lo lleva a sentir la importancia de él. El deber va unido inevitablemente a nuestro ser; nos lo advierte la conciencia cuando apenas comenzamos a tener uso de razón.
Cuando hayáis cometido un error, no mintáis para negarlo o atenuarlo. La mentira es una torpe debilidad. Acepta que te has equivocado; en ello está la magnanimidad.
La carrera de tus acciones comienza en la familia, la primera palestra de la virtud es la casa paterna.
Si nos fuera posible entrar en los juicios de Dios, veríamos a los dichosos, ricos y vendedores más dignos de compasión que los vencidos, desdichados por la ley del Señor.
La mejor oración consiste en no dar cabida a un pensamiento que no esté animado por el deseo de conformarse a la voluntad de Dios.
Sin prudencia de ánimo no se posee ninguna virtud ni se cumple deber alguno; para ser piadoso se precisa asimismo no ser pusilánime.