Una buena memoria suele ir unida a un juicio débil.
Que a los consejos del mar y la ambición, debemos cerrar los oídos.
El pueblo se asombró hasta lo indecible de que un hombre tuviese más sentido que una masa de gente.
Malos negociantes los que no saben sino hacer negocios.
Nos lo perdonamos todo a nosotros mismos, nada perdonamos a los demás.
¡A cuántos no hemos visto en estos últimos tiempos, pobres de la noche a la mañana por haberse enriquecido demasiado aprisa!