No he visto a nadie que no tuviera más deseos que necesidades y satisfacciones.
Date satisfacción a ti mismo y serás menos desgraciado en este mundo. Para darse satisfacción a sí mismo es necesario secundar la propia naturaleza.
En los logros alcanzados después de haberlos deseado mucho tiempo, casi nunca encontramos la alegría o satisfacción que en un principio nos habíamos imaginado.