No olvidemos jamás que lo bueno no se alcanza nunca sino por medio de lo mejor.
Los mejores hombres son aquellos cuyas faltas los han formado.
Cuanto mejor es una persona, tanto menos sospecha de la maldad de los demás.
Pregunta al viejo tiempo por lo que es mejor y al nuevo tiempo por lo que es más conveniente.
El mejoramiento de una sociedad es imposible sin un mejoramiento de los individuos.
Infaliblemente, el hombre bueno será cada vez mejor y peor el malo, porque tiempo, virtud y vicio siempre van en aumento.
Entre los hombres, como entre las manzanas de Borsdorf, no son los mejores los finos, sino los ásperos y con alguna verruga.