Casi todos los males de los pueblos e individuos dimanan de no haber sabido ser prudentes y enérgicos durante un momento histórico, que no volverá jamás.
En todo momento los prudentes han prevalecido sobre los audaces.
Siempre he visto que para triunfar en el mundo es preciso parecer loco y ser prudente.
Si sois prudentes, observaréis atentamente a los hombres, para que no os oculten lo que piensan.
El valor sólo es una gran virtud cuando se deja dirigir por la prudencia.
No es prudente hacer a los demás favores que no puedan devolver; llegará un día en que nos aborrezcan.
La prudencia supera a las demás virtudes, en el mismo grado que la vista supera a todos los demás sentidos.