Un consomé de hotel es un agua que se toma por superstición, como las beatas el agua bendita. Es tal vez, agua bendita caliente.
En invierno bebo y canto por la alegría de ver que la primavera se avecina. Llega la primavera y entonces vuelvo a beber por la alegría de verla por fin entre nosotros.
No es insaciable el estómago, como la mayoría opina, sino la falsa opinión acerca de su ilimitada voracidad.