Entre un millar de hombres, no encontrarás uno que piense que la virtud trae por sí sola su recompensa.
Muchos hombres ven la virtud más en el arrepentimiento de los pecados que en el hecho de evitarlos.
Nuestras virtudes son, a menudo, hijas bastardas de nuestros vicios.
Todo cede al valor de la virtud.
La virtud por cálculo es la virtud del vicio.
No se teme en los hombres el vicio, porque los hace esclavos; la virtud sí, porque los hace señores.
Porque así como hay algunos vicios que tienen apariencia y semejanza de algunas virtudes, así hay algunas virtudes que están ocasionadas por vicios.