Los ministros que cambian constantemente son un mal; pero hay algo peor, que son los malos ministros los que no cambian nunca.
Que todo el que se queje con justicia tenga un tribunal que lo escuche, lo ampare y lo defienda contra el fuerte y el arbitrario.
El objeto de un gobierno es proporcionar a los gobernados la mayor suma de bienes y ésta no puede obtenerse sin educación.