Es tan ligera la lengua como el pensamiento, y si son malas preñeces de los pensamientos, las empeoran los partos de la lengua.
Hay calumnias frente a las cuales la inconsciencia misma se siente desfallecer.
Calumniar a una tercera persona se interpreta generalmente como un cumplido entre dos que hablan, y es la base de todos los chismes femeninos. Revelar dos personas que les desagrada otra es una cómoda manera de expresar que se agradan mutuamente.
Del malediciente al malhechor sólo media la ocasión.
Aunque seas tan casto como el hielo y tan puro como la nieve, no escaparás a las calumnias.
Que es más vil la calumnia que con maña, injerta en la verdad una mentira.
Es necesario resolvernos a pagar durante nuestra vida algún tributo a la calumnia.